lunes, 2 de diciembre de 2013

Una iniciativa para concientizar sobre el VIH

Una iniciativa para concientizar sobre el VIH
Por Laura Cabrera. Como cada 1º de diciembre, la Asociación Civil Casa M.A.N.U (Mucho Amor Nos Une, hogar para niños y niñas con VIH ubicado al sur del conurbano bonaerense, llevó a cabo la correcaminata solidaria por el Día Internacional en Respuesta al VIH. En esta tercera edición, alrededor de 800 personas corrieron por las calles de Monte Grande para llevar un mensaje de inclusión y prevención.


La Asociación Civil Casa Manu llevó a cabo la Correcaminata Solidaria alusiva al Día Internacional en Respuesta al VIH. Este primero de diciembre, alrededor de 800 personas participaron de la actividad deportiva organizada por el hogar para niños y niñas con VIH, ubicada en Monte Grande, y se sumaron a la transmisión del mensaje cuyos pilares son la no discriminación, la inclusión y la prevención.
Los participantes comenzaron a llegar pasadas las nueve de la mañana. De a poco, el paisaje verde la Plaza Mitre, ubicada en la zona céntrica de la ciudad iba tomando el color rojo de las remeras de cientos de vecinos que más tarde correrían con un doble objetivo: concientizar sobre la necesidad de prevenir y visibilizar el trabajo que realiza desde hace once años M.A.N.U, único hogar permanente en todo el país que se encarga de la crianza y los tratamientos de niños y niñas con VIH.
Las remeras rojas dicen algo más que una fecha alusiva. El lazo estampado en el centro está conformado por sesenta palabras. Se trata de nombres propios con historias unidas: son de quienes pasaron por el hogar a la largo de sus once años, muchos de ellos ya adultos y con familias conformadas.
Así comenzaba una jornada que lejos de representar el final pasadas las once de la mañana (horario de finalización de la maratón), aseguraba el inicio de una nueva etapa de concientización, aquella que esta vez no sólo salió de quienes organizaron sino de toda la comunidad, “la que siempre está”, tal como afirma la fundadora y directora de Casa M.A.N.U, Silvia Casas.
En diálogo con Marcha, Casas expresó la felicidad que siente el equipo de trabajo año tras año, al ver tanta gente movilizada por visibilizar la enfermedad que en los noventa representaba la muerte y que hoy, con medicación y contención permite realizar una vida saludable.
“La comunidad es la que siempre responde a cada cosa que M.A.N.U necesita hacer. Que en un día como hoy, que se conmemora en todo el mundo, la comunidad echeverriana salga a dar respuesta con una actividad deportiva es más que saludable”, destacó la directora del hogar, quien además calificó al encuentro como inclusivo. “Hoy vimos familias enteras, gente de todas las edades y con diferentes capacidades. Esto nos deja un balance altamente positivo porque además es otra forma de generar conductas solidarias”, sostuvo Casas.
La correcaminata pasó, las remeras rojas y los nombres invadieron las calles. Algunos corrieron 4 kilómetros, los más valientes fueron por los ocho. Bajo el sol del domingo al mediodía, la promesa del animador de la jornada quedó sellada: “Nos volvemos a ver el próximo primero de diciembre”.    
Once años, sesenta historias
“Hoy,  todos los que estuvieron en la  correcaminata se llevan una remera con un logo conformado por sesenta nombres de quienes a lo largo de estos once años pudimos de alguna forma modificarles su destino”, relata Silvia Casas al describir ese valor agregado que lleva la prenda. Es que Casa M.A.N.U tiene mucha historia: es el único hogar del país para niños y niñas con VIH/SIDA (existen otros más que sólo funcionan como espacios transitorios) y comenzó como una promesa de una madre (Silvia) que había perdido a Manu, un niño de ocho años con VIH que fue adoptado por ella en los ‘90.
Fue él y su recuerdo lo que originó la formación de aquél pequeño hogar ubicado en la calle Fernando de Toro, en Monte Grande, y que hoy se consolidó en “la casita de Weiman”, como la llamaban sus integrantes, aun cuando estaba en construcción.
“Este primero de diciembre tiene una significación muy especial porque damos respuesta al VIH, ya no es más estigma, no es más discriminación, no es más cosa de otro. Es una patología crónica que con tratamiento se puede llevar adelante, ya no es sinónimo de muerte como en los ’90, cuando Manu llegó a mi vida. Hoy es él quien me susurra al oído y hace que todas estas cosas se puedan realizar” relata Silvia al repasar la historia del hogar y los avances que se dieron en torno al VIH/SIDA.
La Asociación Civil que se mantiene principalmente mediante la tarea de voluntarios y la colaboración de la comunidad de Esteban Echeverría, hoy es una familia conformada por 18 niños y niñas con un rango de edades que va desde los tres meses hasta los 19 años, dos de ellos con capacidades diferentes.
Tanto estas dieciocho como las que completan los sesenta nombres de Manu representan historias de vida como las de cualquier niño o niña que no tenga la enfermedad. “El año que viene hay dos que ingresan al jardín, otros ya están en la secundaria”, destacó la fundadora del hogar, al tiempo que explicó que  quienes viven con VIH están insertos en la sociedad, estudian en los lugares en donde todos lo hacen, tienen amistades y se divierten. La única diferencia es la necesidad de mantenerse en tratamiento, con la medicación necesaria. “Esto es lo que queremos destacar, la inclusión y el mensaje de la no discriminación. Eso es lo que humildemente queremos demostrar…queremos demostrar que se puede”, finalizó Casas. 
Nota publicada el lunes 2 de diciembre en www.marcha.org.ar

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