martes, 17 de diciembre de 2013

El otro yo: Cuarto de siglo, compromiso y música autogestiva

El otro yo: Cuarto de siglo, compromiso y música autogestiva
Crédito: Marisela Mengochea
Por Laura Cabrera. El Otro Yo cierra el 2013 con el último show por sus 25 años de independencia el próximo 27 de diciembre en el Auditorio Sur. Cristian Aldana, fundador de la banda de Temperley, dialogó con Marcha sobre el recital y la cultura independiente. La comunión del rock y la política. 


25 años atrás, los mamelucos comenzaban a distinguirlos como obreros de la música. Temperley, la vestimenta, el rock y la poesía son algunos de los elementos que distinguieron a El Otro Yo, banda que este 27 de diciembre realizará su último show del año, que a la vez será el final de los festejos por todo ese tiempo de música autogestiva.
Los motivos para celebrar son varios. El más personal, Platón en la quinta dimensión, último disco que además marca el regreso de Ezequiel Araujo a la banda; y otros tantos colectivos como la Ley Nacional de la Música, la creación del Instituto y la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, cuestiones que marcaron una apertura para los músicos independientes.
Antes del último encuentro del año, el cantante, guitarrista y uno de los fundadores de la banda, Cristian Aldana, dialogó con Marcha sobre la trayectoria del grupo, sus logros, el rol de los músicos autogestionados, la necesidad de romper con la figura de la estrella de rock y la necesidad de involucrarse en proyectos colectivos. Música, militancia y nuevos paradigmas.

-Durante el año hubieron varios shows por los festejos pero eligieron Temperley para el último, lugar que los vio crecer…
-Sí. Durante todo el año cada show fue un festejo de los 25 años. Hicimos diez años deColmena en Vorterix, después El Otro Yo para poguear en el Teatro Flores, un unpluggeden el ND Ateneo, el Mameluco Fest en Vorterix y ahora volvemos a festejar con el último en Temperley, que es nuestro barrio.
Siempre tocábamos en El Borde, esta vez lo vamos a hacer en el Auditorio Sur. Para nosotros es especial porque seguro van a estar nuestros amigos de la infancia y la gente que nos vio crecer como banda. La propuesta es 25 años 50 canciones, la gente desde la página de El Otro Yo va a poder influir en la lista de temas. Vamos a tener como dos shows en uno.
-Además continúan con la presentación del nuevo disco. En estos 25 años ¿qué diferencias hay en lo musical hoy con lo anterior?
-Sentimos que cada disco tiene lo suyo y este es como parte de toda una colección de El Otro Yo que encaja perfecto. En este caso Platón en la quinta dimensión lo hicimos con la producción artística de Gabriel Guerrisi, salvo “Platón”, que es un tema que agregamos en el disco y que produjo Ezequiel Araujo, que volvió a la banda y hace un año que está tocando con nosotros como tecladista. Esto generó como un espíritu especial en el disco, que se terminó de cerrar con “Platón”, por eso se llama así.
Como siempre, en las letras tenemos diferentes encares, como “Dinero666”o “Los niños”, que habla de la violencia de género, canciones como “Te quiero”, que es de amor. El grupo tiene varias facetas muy amplias y eso a nosotros nos gusta porque no estamos cerrados a una sola temática ni una forma.
-Si hay algo que no mutó en estos años fue su trabajo desde la autogestión y desde el lugar de la cultura independiente, ¿qué importancia tiene para ustedes trabajar desde ese lugar?  
-La independencia y la autogestión lo que te da es libertad para poder decidir todo. Desde cómo querés hacer tu disco, el arte, las canciones, todo eso genera una cosa muy cómoda a la hora de tener que componer o decidir cualquier cosa con el grupo. Para El Otro Yo la independencia es fundamental para ser lo que somos. Es parte de nuestra personalidad tener esa libertad. Y nosotros no solo con el grupo luchamos por eso, sino también desde la Unión de Músicos Argentinos Independientes (UMI). También con la Ley Nacional de la Música que tiene que ver con toda esta creencia de que la libertad artística y la música independiente en la Argentina necesitan un espacio más amplio dentro de la cultura.
-El hecho de que se haya sancionado la Ley Nacional de la Música es un avance para quienes comiencen su camino dentro del ámbito independiente, ¿qué importancia toma este tema en este nuevo escenario?
-Es muy importante, en la UMI se editan alrededor de 60 discos por mes de música independiente, folklore, tango, jazz, música electrónica. Y son los mismos músicos autogestionando, decidiendo la edición de sus discos, llevándolos adelante. En Argentina la independencia y la autogestión triunfaron y el hecho de haber logrado la Ley Nacional de la Música es parte de todo esto. Con El Otro Yo festejamos 25 años pero en realidad estamos festejando también todo esto, la UMI, la Ley de Medios, la creación del Instituto Nacional de la Música y que sea Diego Boris el presidente. Es un año para festejar.
-Esto tiene mucho que ver con una tarea que más allá de lo artístico incluye el compromiso, con decisiones políticas, ¿cómo ves esta unión del arte con la política?
-Veo que hay un cambio de paradigma en esta última época donde el rock se anima a comprometerse y a trabajar y que además tiene espacio para hacerlo. En los ’90 puteábamos desde la puerta y no lográbamos nada. Durante esta última década  la puerta se abrió para participar y desde ese lugar cambiar las cosas que no nos gustan y de esa forma mejorar la realidad de la música independiente.
El cambio de paradigma pasó por ahí y me parece que es fundamental tener que comprometerse y darse cuenta que los ’90 ya pasaron, putear desde la puerta y que no pase nada era como muy cómodo para el rock. Esa pose cambia porque hay que comprometerse y empezar a trabajar en la realidad de una música que tiene que tener más espacios y más posibilidades para desarrollarse. Esa es una forma de mejorar la actividad musical, en este caso nosotros al ser músicos tenemos que preocuparnos por eso y fue lo que hicimos.
-Hablás de este cambio de paradigma, completamente distinto a la de los ’90. ¿Cómo se sostenía en ese tiempo este trabajo en un ámbito en el que el músico independiente no tenía lugar?
-Nosotros nos sostuvimos a través de la gente, fue la que creyó en nuestro proyecto musical, la que compró nuestros discos, la que compró las entradas para los shows y generó que esto creciera y pudiera sostenerse en el tiempo, porque este es nuestro trabajo, vivimos de esto. Realmente estamos muy agradecidos a la gente que entendió que nuestro proyecto musical independiente necesita de la confianza de ellos.
Nosotros nos sentimos administradores del dinero de la gente, en su momento armamos nuestro propio estudio y abrimos las puertas para que otras bandas puedan editar sus discos. Nos parecía importante que desde nuestro lugar de músicos independientes entendiéramos cómo funcionaba la rueda de la gente hacia nosotros y de nosotros hacia la gente. Tener una meta clara genera un grupo auténtico, con más credibilidad. Eso es lo que somos, un grupo igual que cuando empezó, que sigue haciendo la misma música, la que nos gusta, porque no estamos condicionados por el mercado a la hora de tener que hacer un disco. Eso me pone feliz porque tiene que ver con la libertad del artista. 
-Como banda independiente son una de las de mayor trayectoria, de las más reconocidas. Sin embargo se quedaron en ese lugar para colaborar con los nuevos artistas…
-Sí. Eso tiene que ver con romper cuestiones más del ser humano y esto de aprender a evolucionar del egoísmo y aprender a trabajar en forma colectiva. Nosotros durante toda nuestra carrera hicimos un montón de cosas. En el ’99 con Abrecaminos se nos abrió la puerta para tocar en Obras, para llenar Cemento, crecer en convocatoria y editar un disco en México, Estados Unidos, girar por toda Latinoamérica, tocar en los festivales más importantes, todo en base a la autogestión. Poder sentir que uno no es el ombligo del mundo y que puede laburar por uno y para el resto es una de las cosas más lindas que te podés llevar de esta época.
Está bueno que a El Otro Yo le vaya bien, eso me hace bien a  mí, pero también está bueno haber logrado la conquista de la Ley Nacional de la Música, generar el Instituto, que es para todos. Eso me da una satisfacción que es mucho más grande, es uno de los logros más importantes de mi vida, el haber participado de ese proceso colectivo.
-25 años dejan más que música. ¿Qué se lleva El Otro como grupo?
-Satisfacción total porque siento que hemos podido explotar lo independiente y la autogestión y la libertad al máximo, no solo de decirlo sino desde el hacer. Un poco ser desobedientes al tener que hacer un arte de tapa o tener que comportarnos de una forma determinada como rockeros independientes o participar de una fórmula política, romper las reglas de ir y tener que organizar una asociación. Todo eso genera que lo que uno se lleve al final es que las estrellas de rock no son tan el ideal de lo que la persona necesita para poder ser mejor persona. Me parece que es mejor pensar a la música como un medicamento que le hace bien a la gente y desde ese lugar, además de usarlo como eso y hacerle un bien al mundo desde el arte, utilizar el poder que te da la música para cambiar la realidad.
La postura de pose de la estrella genera una soberbia que no conduce a nada. Me gusta la cosa más real de las personas que la fantasía de lo construido alrededor. Por lo general pasa que cuando conocés en profundidad te das cuenta de que era mucho menos de lo que vos te imaginabas, te desilusionás. 
Nota publicada en el portal Marcha, el 0/12/13

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