jueves, 21 de enero de 2010

Zombie Bardo: El jazz villero contraataca


Bajo la propuesta de “llegar a las mentes de magnitud reprimida por diversos fenómenos sociales, económicos, culturales y comerciales”, Zombie Bardo se presenta como la banda pionera del Jazz Villero, un nuevo género inventado por ellos mismos, que consiste en fusionar diversos estilos musicales y romper con la estructura del jazz clásico.
Dicho por sus integrantes, la base desde la que parten las historias, el nombre de la banda y hasta los títulos de los temas – como es el caso de uno que se identifica con un titular de Crónica TV-, tiene que ver con lo bizarro, lo gracioso y lo simplemente inexplicable.
Actualmente, esta banda que comenzó como un grupo de estudio conformado por dos alumnos de la EMPA –Escuela de Música Popular de Avellaneda-, se consolidó como una propuesta de inclusión y mezcla no sólo de sonidos y géneros, sino también de fusión con otras ramas artísticas como el teatro. Así, actores y actos, músicos y melodías se transforman en las partes del todo.
¿Quién podría imaginarse un Zombie haciendo bardo? La respuesta está en las cabezas de la agrupación compuesta por David Beltramarino (Guitarra), Nicolás Giaccari (Batería) Daniel “Homero” Walter (teclado y piano), Federico Del Pino (bajo), y Gustavo Correa (percusión). “El nombre describe lo que es nuestra música: de a ratos muy arriba, y por momentos muy tranquila” revelan. La segunda incógnita surge al leer “Jazz villero”. ¿Y eso? “Es un jazz mentiroso”, se oye por ahí. Miente porque no hay una palabra que describa el género multifacético que incluye ritmos y sonidos de varios estilos; con compases que no entienden de estructuras, e interpretaciones para nada convencionales. Al no existir un nombre que los identifique, ellos lo llaman así porque “lo que realmente importa es la música y no el título”.
Como Loca Mala dialogó con tres de los integrantes de esta nueva banda que pretende romper con las estructuras musicales y sociales, para difundir nuevos sonidos a través de lo bizarro de las palabras y el respeto por la música como pilar principal.



¿Cómo surge esta idea de banda de jazz poco convencional?


David – Surgió cuando Homero y yo tuvimos que armar un grupo de estudio, en la EMPA (Escuela de Música Popular de Avellaneda).

Homero – Éramos compañeros de cursada, ambos teníamos curiosidad por el jazz. David tenía más experiencia en el género, y a mí me llamaba la atención. Nos empezamos a pasar material entre nosotros hasta que llegó el momento en que nos dimos cuenta de que la partitura no era lo nuestro, y comenzamos a armar melodías.
Como banda oficial arrancamos a mediados de 2009, cuando ya nos considerábamos un proyecto. Anteriormente fue juntarnos a “zapar”. Es como que la ambición desmedida nos llevó a ser un proyecto concreto (comenta entre chistes y risas).
Después llegó Fede, pasaron un saxofonista, un trompetista y un percusionista. Con el tiempo se fue marcando quiénes estaban fijos y dejamos de ser un grupo de estudio para pasar a ser un proyecto más serio, con ganas de salir a tocar.

Federico - Fue muy repentino porque de repente estábamos armando lo que era la banda y salió un festival, fuimos, tocamos y al otro día nos propusieron tocar con un grupo de teatro (Corú). Tocamos entre medio de los sketch, a la gente le gustaba y entonces seguimos.


Ustedes hablan de difundir la sonoridad del jazz mediante varios estilos para llegar a aquellos rincones en los que las problemáticas a nivel económico, social y cultural dejan de lado ciertos estilos y a cambio presentan siempre lo mismo. ¿Cómo hacen la diferencia?

David – Es una mezcla. El nombre de la banda, el de los temas, son más bien una actividad para salir del paso, porque hay que identificarlos de alguna manera, pero no es lo importante. Por eso los nombres no tienen nada que ver con lo que uno va a escuchar. Temas como “El ladrón de pipa”, “La novia de Palomo”, “Mate y socialismo”, todos tienen que ver con experiencias que vivimos, nos causaron gracia y las dejamos de recuerdo.

Homero – Siempre nos manejamos bajo la política de lo bizarro. Queremos que la gente lea el título e imagine, pero que al momento de escuchar se lleve una sorpresa. Además de esto, en el jazz no tenemos letras entonces utilizamos los títulos para darle una idea, algo para que la imaginación vuele. Con el nombre tratamos de plasmar momentos que vivimos en los ensayos.
Esto es porque en realidad lo más importante es la música y si fuese todo igual sería muy aburrido, entonces presentamos algo que al oído resulta distinto de lo que se pensaba antes de escuchar.
Una vez nos pasó de estar ensayando mientras mirábamos Crónica TV y apareció un titular que decía “La increíble historia de la actual monja que vivió en la calle y salvó a un perro”, y quedó como nombre del un tema.

Federico – Además es como somos nosotros: tomamos todo en chiste menos la música. En los ensayos nos hacemos chistes, arriba del escenario nos conectamos de la misma manera. Es nuestra forma de ser con nosotros mismos, con el público y con la música.



¿Por qué Zombie Bardo?

Homero – El nombre surgió porque en uno de los ensayos nos sentíamos un poco desubicados tocando tan a gusto y sabiendo que los vecinos no entendían ni ahí lo que estábamos haciendo, decíamos en chiste “Ahora abrimos la puerta y nos están esperando los zombies”. Además, es gracioso imaginar a un zombie haciendo bardo, y es un poco lo que pasa con nuestra música porque tiene momentos muy tranquilos, muy de zombie y otros momentos de bardo, bien arriba. Nos resultó chistoso imaginar a un zombie pateando y saltando, empujando a la gente. En cierto punto identifica a las dos facetas de la banda: la tranquilidad y el descontrol.
Es una forma de mantener una identidad y demostrar que en la música no está todo creado, sino que se basa en lo que cada uno siente, y eso es infinito, no se repite.

Federico – Lo dejamos así porque identifica nuestra música y a nosotros, porque estamos todo el tiempo haciendo chistes y entonces tiene mucha más gracia. Además, que el nombre haya salido (tanto de la banda como de los temas) de las charlas habituales, de nuestros diálogos hace que todo sea más sincero. No es que le buscamos la rima a todo.

David – Tampoco la tomamos como una propuesta contracultural o con la idea de querer romper el molde, por eso nos reímos de todo y la pasamos bien. Lo que sí respetamos mucho es la parte musical, el resto nos resulta un detalle. Tratamos de entrar en todos lados, por ejemplo, compartir escenarios con una banda de punk rock y hacer jazz. La idea es mostrar lo que hacemos, más allá de que les guste o no, presentarles lo que hacemos, los sonidos, para que conozcan de qué se trata y puedan criticarlo positiva o negativamente.
Queremos que dentro de esta vorágine del consumismo en donde predomina MTV, las bandas con sonidos muy comerciales en las radios, y hasta las musiquitas de los celulares, podamos mostrar nuestra música que (en realidad) no tiene nada que ver con lo que está a la moda.


¿Por qué “Jazz Villero”?

Homero – Porque empezamos como grupo de estudio haciendo jazz, después se sumó Fede (el bajista) que venía de esa escuela del funk y otros sonidos distintos. Entonces del jazz clásico pasamos a tocar diferentes ritmos o mezclar las bases y los tiempos del jazz con otros estilos y viceversa. En una oportunidad hicimos una cumbia villera y un reggaetón y no nos sentimos para nada mal. Por eso decimos que es un jazz mentiroso, la idea del jazz villero surge justamente porque no le encontramos una idea definida en cuanto a estilo, nosotros fusionamos.

David – Lo que más tiene de jazz es que hacemos mucha improvisación, más que nada con el tema de los solos. En nuestro caso no nos basamos en la estructura definida típica de ese ritmo, a eso no lo respetamos. Por ahí empezamos a tocar con una estructura y de un compás pasamos a otro que ni se usa, y lo hacemos justamente para generar eso, el quiebre que lleva a otra cosa.

¿Cómo imaginan el camino de Zombie Bardo de acá en más?

David – No me imagino mucho el futuro en ningún aspecto. Hace seis meses atrás no me imaginaba este futuro, que íbamos a salir a tocar, que se iba a concretar esto.

Homero – Claro, no nos imaginábamos nada de esto. De hecho en un pub de Monte Grande nos ofrecieron hacer fechas propias, empezar a tocar seguido, y esas cosas nunca las hubiésemos imaginado. La música es una fuente de liberación y la transitamos como eso.

Federico – Creo que esto pasa por querer superarse a uno mismo y asumir un compromiso. Tratamos de aprender entre todos y de que cada uno critique al otro para seguir creciendo.

Sitio web: http://www.myspace.com/zombiebardo

Publicado en http://www.comolocamala.com.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=129:zombie-bardo-el-jazz-villero-contraataca&catid=38:musica&Itemid=9
21/01/2010

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