miércoles, 23 de diciembre de 2009

Juguetes que fomentan la diversidad, una idea argentina que ya se exporta


Por Laura Cabrera

Con el apoyo de la Asociación Internacional por el Derecho de los Niños a Jugar (IPA), fue lanzada “El mundo de Juana”, una línea de muñecos que representan una familia ensamblada y se alejan de los estereotipos. La iniciativa generó un proyecto en conjunto con una ONG de Sudáfrica.

El Mundo de Juana es una nueva y llamativa línea de muñecos con vivencias similares a las de cualquier familia, y con la premisa de fomentar la diversidad y el respeto por modelos familiares que no son los tradicionales. Estos juguetes, que se lanzaron a la venta el mes pasado, cuentan con el apoyo de la Asociación Internacional por el Derecho de los Niños a Jugar –IPA- y sus creadoras ya recibieron una propuesta de una ONG de Sudáfrica para trabajar conjuntamente en 2010, en un proyecto de similares características.

“Curiosa. Le encanta jugar con sus amigas, bailar y leer los libros de Mafalda. Ama los barriletes y sus colores preferidos son el rojo, el violeta y el naranja”. Así se describe desde la página web de “El Mundo de Juana” a la pequeñita del mismo nombre. Ella es una nena como todas, pero no está sola: vive con la mamá, el papá y una media hermana. “Se trata de una familia ensamblada”, explicó en diálogo con AUNO-Tercer Sector Ana Correa, la mentora de esta familia de muñecos.

La idea surgió casi en conjunto con el nacimiento de la hija de Ana. Ella observó que en el jardín al que concurría su hijo mayor, las nenas no jugaban con muñecas que tuviesen rulos, o con las de piel morena. Había cierta tendencia a jugar sólo con las Barbies de lacias y rubias cabelleras. Así fue que se puso en contacto con otra de las madres del jardín y luego con una diseñadora para crear juguetes seguros, con valores y diferentes actividades. Contar la vida de estos muñecos es como escuchar a alguien que habla de su vida cotidiana.

Las tres mujeres veían que el mercado ofrecía juguetes que nada tenían que ver con los orígenes y la diversidad, todos muy parecidos. “Casi todos los juguetes son iguales, tienen los mismos colores y formas. No sólo eso, sino que en especial, los juguetes de nena se limitaban a los parámetros de las Barbies. No se trata de colores, sino de la gravedad de la creación de muñecas que, en medidas reales, se asemejan al cuerpo de una chica anoréxica”, destacó Ana.

Así pusieron manos a la obra para crear una línea de juguetes con historias de vida, que promuevan la diversidad, que sean seguros y sin plástico, ya que también se trata de lograr una concientización hacia el cuidado del medio ambiente. Comenzaron a investigar sobre medidas de calidad y se contactaron con la OSC IPA.

La organización las orientó sobre las características de los juguetes seguros y la importancia de la transmisión de valores en las actividades lúdicas. IPA se interesó por el proyecto y una vez presentado, su directora decidió auspiciar la línea. Tras el gesto, las tres socias decidieron colaborar con las “juegotecas hospitalarias” con las que trabaja la OSC, cuando El Mundo de Juana comience a generar ganancias.

Del proyecto surgieron varios personajes: una madre – Carola - de piel morena, moderna, de esas que trabajan y además se dedican a la familia; Francisco -el papá de Juana-, un fanático del fútbol y simpatizante del rock; una hermana que se preocupa por el cuidado del medio ambiente – Lupe - ; un perro llamado Ulises; y dos amigos: Mía – una niña gordita a la que le encantan los dulces y se interesa por las artes plásticas -, y Miguel – un pequeño de anteojos muy tímido y fanático de los números-.

Las repercusiones del juguete fueron buenas. Si bien están buscando la forma de que los muñecos sean más baratos, todas las críticas hacia el producto fueron favorables. “La gente que se entera se sensibiliza y reconocen la causa. Muchas madres nos escriben para agradecernos. Nos dicen que nunca quisieron comprarle una Barbie a su hija porque estaba lejos de la mujer real; eso es algo positivo para nosotros”, comenta Correa.

Con esta línea en el mercado, el auspicio de IPA y el apoyo del público, las creadoras de Juana siguen trabajando para difundir la diversidad de razas, la transmisión de una realidad que habla de las diferencias fisonómicas, y de gustos. Además, una ONG de Sudáfrica que trabaja con muñecos para fomentar la educación y hacen partícipe a un grupo de campesinas, se contactó con ellas para comenzar en 2010 un proyecto conjunto. Si bien todavía no hay una idea concreta relacionada con la temática de esta nueva iniciativa, este contacto representa una nueva puerta para difundir la vida real, aquella que está alejada del mundo estereotipado y “color de rosas” muy presente en el mercado de los juguetes para niñas, cargado de muñecas que “responden a un estereotipo de belleza uniforme”.

Cómo contactarse:


Publicado en Auno http://www.auno.org.ar/leer.php/5639 23/12/09

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