sábado, 19 de septiembre de 2009

Un espacio de integración para los artistas




Por Laura Cabrera (Fuente: www.auno.org.ar)


Claroscuro es un grupo de arte que integra la experiencia de personas "convencionales" con las que tienen alguna "discapacidad", entre comillas. Para su coordinadora, Olga Falcón, todos tienen derecho a aprender y a que se respeten sus tiempos para crear.

De la fusión entre el arte y la experiencia personal nació la solidaridad en Olga Falcón, que hace 10 años fundó el grupo de artes plásticas Claroscuro, una ONG dedicada a dar libertad, estimular a las personas que la sociedad considera "discapacitadas" y a utilizar el arte como clave para unir experiencias y borrar las distancias que construyen los prejuicios. El proyecto se mantiene con la esperanza de que el espacio llegue a ser una institución para todos.

-¿Cómo fueron sus primeros pasos en el arte?
-Creo que nací con un lápiz y un pincel en la mano. Desde muy pequeña, mi pasión era garabatear en algún rincón. Algunos dicen que con la vocación uno sigue el camino, pero también uno se hace investigando, profundizando. El arte se hace desde el corazón. Es mostrar lo más profundo del ser humano. Creo que tenemos varias vidas y el arte es muy importante para cualquier individuo en cada una de ellas.
-¿Qué fue lo que la motivó a crear el taller Claroscuro?
-Cuando lo fundé consideré que tenía una asignatura pendiente, que era brindarle a esta población "diferente" la enseñanza de permitirse las cosas. Mucha gente me decía que estaba loca, cómo me iba a meter en esto. Hasta me cuestionaron el no tener formación en educación especial. Ahí sentí que el arte no tenía límites, porque trabajamos desde otro lugar, desde el interior, de las sensaciones y emociones que todos tenemos.
-¿Influyó alguna experiencia personal?
-Sí, de niña yo fui tartamuda. No me comunicaba con los chicos porque se reían. Había entrado en un nivel de autismo; sólo me comunicaba con mi mamá. Cuando entré en primer grado me ponían notas en rojo que decían "no debe conversar", porque al no poder formar una frase completa siempre me encontraban hablando. Pasados los años, comprendí por qué quise acercarme a la población con discapacidad, porque creo que esa instancia de mi vida me permitió comprender que todos necesitamos escucharnos y escuchar al otro. Esta población tiene tiempos diferentes, pero nosotros también.
-¿Qué personas integran el taller?
-Son talleres integrados, es decir, hay personas con capacidades diferentes y convencionales entre comillas, como nosotros. Y digo entre comillas porque a veces cuesta más darles formación a las personas convencionales que al resto. Suelen ser más limitados, aquellos que de repente se prohíben pintar por algunos prejuicios. Son más limitadas éstas personas que las que no son ni mejor ni peor, sino diferentes. Pero los artistas entramos en esta categoría, somos diferentes porque elaboramos la vida, vemos las cosas con otra mirada, con más alegría.
-¿Existe un cambio en la vida de los alumnos de claroscuro desde su ingreso?
-Sí, no sólo se estimula a los alumnos para que puedan pensar sino que se les da el lugar de socialización. Tienen que aprender a buscar los materiales dentro del taller, lavar los pinceles antes de irse, cambiar el agua de los potes, buscar las hojas. Es decir, no les facilitamos las cosas, no le decimos "tomá, acá está, dibujá acá, borrá acá". Se les da la libertad, la individualidad. Hay un cambio, son más libres.
-¿Cómo se sustenta Claroscuro?
-Las instituciones siempre contamos con benefactores que nos respaldan, socios que aportan una cuota mensual o personas que están becadas por el Estado. El dinero de la cuota es sólo para materiales, porque si no sería imposible para las familias sostener este estímulo. No van a poder con nosotros, vamos a luchar porque vale la pena comprometerse.
-¿Cuál fue el mayor logro que tuvieron en Claroscuro?
-Yo digo que los mayores logros siempre están por venir porque el camino de cualquier carrera o taller es el hacer continuamente. El logro es sentirnos orgullosos de estar todos con todos, pero lo máximo está por venir y hay que seguir trabajando.
-¿Cuál es el deseo que falta cumplir?
-Poder seguir sosteniéndonos. A veces tenemos que correr o buscar trabajo y venir con la ilusión de que en los cursos en vez de haber cinco alumnos haya 50. Y desear poder dedicarme sólo a esto, no tener otra actividad. Me gustaría que Claroscuro sea un gran instituto abierto y que transiten todos por allí, no sólo grupitos becados. Ese es mi sueño y, como en la vida hay que tener sueños, yo los tengo. De lo contrario, no existiría futuro.
Auno - Entrevistas 14/11/2008

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