El cuarteto de improvisación debuta con
un disco hecho de melodías de diversos estilos para escuchar con los ojos
cerrados y relajar la mente.
Por
Laura Cabrera
Buenos Aires, 20 de agosto (Agencia NAN, 2012).-Algunas bandas se caracterizan
por tocar un estilo en particular, otras por tener alguna influencia musical
proveniente de bandas que alguna vez escucharon sus integrantes o por el
predominio de algún instrumento. También puede pasar todo al mismo tiempo, combinado
con muchos factores más. Esto sucede con El Diablo en la Boca, el cuarteto de
improvisación integrado por Maia Mónaco y Mariana Pereiro (en voces) junto a
los percusionistas Alejandro Oliva y Gabriel Spiller, quienes presentaron a
mediados de 2011 su ópera prima Visiones,
una docena de temas que fueron grabados en 2009, durante la serie de conciertos
que realizaron en el espacio de cultura independiente Noavestruz.
En Visiones, las voces son
protagonistas de la mayoría de los temas,
como es el caso de “Blues”, primer corte del disco. Mónaco y Pereiro balbucean
melodías fuertes, acompañadas por instrumentos de percusión y el teclado de
Hernán Jacinto, primero de los seis invitados que se pueden escuchar.
En “Trío de voces”,
segundo tema, el dúo femenino y Bárbara Togander se apoderan de la escena y sin
más que sus registros vocales interpretan la canción que dará inicio a una
serie de tracks ideales para la relajación de la mente. Si bien en vivo El
Diablo en la Boca realiza un show entretenido a la vista por todo lo que tiene
que ver con la puesta audiovisual (“Visiones” también tiene al final un video),
los sonidos que le siguen son ideales para escuchar con los ojos cerrados.
Sucede esta magia con “Hang”, corte en el que predomina el instrumento de acero
que lleva el mismo nombre del tema, en medio de un clímax que, entre pájaros y
delicadas notas de un teclado, conforma la escena ideal para conectar la mente
con el espacio físico y el lugar en donde cada uno querría estar en ese momento.
Pero todo va
cambiando con el turno de los percusionistas en “Trío instrumental”, en donde
la batería, los instrumentos de percusión y el teclado se comunican en lo que
es un tema digno de una película de suspenso, atrapante. Platillos, melodías de
batallón seguidas de estilo bossa nova y la vuelta a la tensión, ingeniosa y
prolija combinación en donde el sonido de una gaita y redoblantes dan el tiro
final del tema para volver al relax en
“Lento”, en donde voces y teclado funcionan muy bien pegados a la idea musical
anterior.
Uno de los
momentos más destacados del disco se da con “Fan-ki” en donde el estilo funk
del soul, el soul jazz y el R&B, se concentran en batería, voces y teclado
de tal forma que las cuerdas vocales de Togander, Mónaco y Pereiro vuelven a
invadir la pista con sonidos que bordean la locura entre ladridos de perros,
risas y mujeres que simulan estar dialogando.
Tal como si se
tratase de una obra de teatro, “Eclipse” llega con voces de lamento y la
nostalgia del acordeón junto con instrumentos de percusión que acompañan el
penar de quien se encuentra “muy sola” con su desconsuelo por aquellos labios
que ya no la quieren besar.
En el anteúltimo
tema, El Diablo en la Boca se permite un viaje por la música de África con
“Mbra y voz” en el que (como indica el nombre del tema), el instrumento
originario de Zimbabue interactúa con una voz femenina y, por primera vez a lo
largo de los doce tracks, con una voz masculina, otro detalle notorio entre las
“sorpresas” que puede llegar a generarse al escuchar todo el material.
El cierre del
disco es sin lugar a dudas un viaje interior en donde recuerdos de la infancia
y cuatro músicos inigualables llegan a escena mediante la fusión de temas menos
pensada: por un lado, aquella canción infantil “La Catalina” y por otro
“Blackbird” de los Beatles. Es probable que si alguien lo cuenta, la otra
persona intente asociarlas sin lograr un buen resultado, pero no fue lo que
sucedió con este cuarteto que logró no solo una gran composición sino además un
interesante e inesperado cierre de disco.
Si el hombre rojo,
de cuernos y cola es realmente un ser sobrenatural y provocador para cualquier
ser humano, es seguro que esta banda tiene al Diablo en la Boca, ya que su
música, innovadora por su mezcla de estilos, instrumentos y sonidos en un mismo
tema seduce y provoca a quien escucha; por lo que Visiones es un material muy recomendable para aquellos que
disfruten de la variedad de estilos en una misma obra.
Enlace: http://www.agencianan.blogspot.com.ar/2012/08/discos-visiones-el-diablo-en-la-boca.html
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