Nacida hace once años por iniciativa de una médica del Hospital de Morón, “Tejiendo cuadraditos” alista ahora a más de 400 voluntarios. Cada uno aporta trozos de lana que se unen para formar mantas que van a madres de bajos recursos en centros médicos de todo el país.
Por Laura Cabrera
El lugar común acerca de aportar un grano de arena para un objetivo elogiable ahora puede ser reemplazado por el de aportar un punto, o un ovillo de lana. Así lo muestra “Tejiendo cuadraditos”, una organización que nació hace doce años, cuando la médica neonatóloga Karina Rodríguez y su madrina comenzaron a armar pequeñas piezas de lana que más tarde unieron para formar mantas destinadas a los bebés del Hospital Municipal de Morón. Ahora los voluntarios son 420 personas que desde todo el país envían sus “cuadraditos”. Juntos, ya alcanzaron los 62.200 segmentos.
Todo comenzó a partir de observar la situación por la que pasaban cientos de mujeres y niños en el Hospital de Morón. Rodríguez había comenzado su primera experiencia laboral en esa institución, en la que se atiende a pacientes sin obra social y a personas con bajos recursos económicos.
El área de Neonatología sólo recibía frazadas grandes que los médicos cortaban para adaptar a las cunas para bebés, pero una vez finalizada la internación, los empleados de seguridad debían fijarse que las madres no se llevaran el recurso y no dificultaran la atención para otros niños.
“Nos pasaba con frecuencia tener que dar de alta a los bebés y esperar a que no haga tanto frío, porque las mamás no tenían con qué abrigar a sus hijos”, explicó Rodríguez en diálogo con Auno – Tercer Sector.
Ante esta situación, la médica comenzó a tejer “cuadraditos” de lana que luego llevaba a su madrina para que los una y así formar una manta. La mujer se sumó a la iniciativa para ayudar a su ahijada y entre las dos confeccionaron a base de pequeños trozos de lana algunas pañoletas que luego se repartieron entre las madres del hospital.
Durante once años funcionó de esta manera, pero en 2009 Rodríguez decidió extender la propuesta a través de un correo electrónico y la creación de un grupo en Facebook. La respuesta fue positiva: con un total de 28.685 cuadraditos provenientes de todo el país y de España, lograron que se confeccionaran 300 mantas que se repartieron en el conurbano bonaerense y otras zonas del país.
Lejos de quedar en el olvido, la apuesta se redobló hasta llegar este año a 420 voluntarios y 62.200 cuadraditos. Con esta suma se espera armar la próxima tanda de mantitas, que serán repartidas en el Hospital Mi Pueblo, de Florencio Varela; una comunidad Mocobí de Santa Fe; el Hospital Pacheco y la Maternidad Santa Rosa, de Florida.
Contacto:
Karina Rodríguez: (15)5061-5118
Todo comenzó a partir de observar la situación por la que pasaban cientos de mujeres y niños en el Hospital de Morón. Rodríguez había comenzado su primera experiencia laboral en esa institución, en la que se atiende a pacientes sin obra social y a personas con bajos recursos económicos.
El área de Neonatología sólo recibía frazadas grandes que los médicos cortaban para adaptar a las cunas para bebés, pero una vez finalizada la internación, los empleados de seguridad debían fijarse que las madres no se llevaran el recurso y no dificultaran la atención para otros niños.
“Nos pasaba con frecuencia tener que dar de alta a los bebés y esperar a que no haga tanto frío, porque las mamás no tenían con qué abrigar a sus hijos”, explicó Rodríguez en diálogo con Auno – Tercer Sector.
Ante esta situación, la médica comenzó a tejer “cuadraditos” de lana que luego llevaba a su madrina para que los una y así formar una manta. La mujer se sumó a la iniciativa para ayudar a su ahijada y entre las dos confeccionaron a base de pequeños trozos de lana algunas pañoletas que luego se repartieron entre las madres del hospital.
Durante once años funcionó de esta manera, pero en 2009 Rodríguez decidió extender la propuesta a través de un correo electrónico y la creación de un grupo en Facebook. La respuesta fue positiva: con un total de 28.685 cuadraditos provenientes de todo el país y de España, lograron que se confeccionaran 300 mantas que se repartieron en el conurbano bonaerense y otras zonas del país.
Lejos de quedar en el olvido, la apuesta se redobló hasta llegar este año a 420 voluntarios y 62.200 cuadraditos. Con esta suma se espera armar la próxima tanda de mantitas, que serán repartidas en el Hospital Mi Pueblo, de Florencio Varela; una comunidad Mocobí de Santa Fe; el Hospital Pacheco y la Maternidad Santa Rosa, de Florida.
Contacto:
Karina Rodríguez: (15)5061-5118
Un lazo más fuerte que el de un simple tejido
Son varias las historias movilizadoras que se generan a través del contacto entre los profesionales y las madres cada vez que hay una mantita de por medio. A veces vinculadas a una triste realidad: la de la pobreza; pero siempre enlazadas al sentimiento de que algo se hizo.
Entre las anécdotas que se pueden contar sobre las habitaciones de los hospitales, Karina Rodríguez recuerda el alta médica de un chico:
La madre había recibido una mantita durante el periodo en que su hijo estuvo internado. Al momento de irse, ella quiso devolverla, pensando que era del hospital. “Llevala, es para tu hijo”, indicó Karina al ver que la mujer se sacaba la campera para abrigar al bebé.
La madre de aquél chico contó que ninguno de sus tres hijos había tenido algo para estrenar, porque siempre habían usado lo que sus primos, amigos o vecinos les regalaban. Era la primera vez que uno de ellos podía usar algo propio, nuevo.
“Muchas veces quienes nos encargamos de la salud estamos atrás de la atención, que es mucha y lleva trabajo. Pero temas como este nos pasa por un costado y no siempre los vemos”, reveló Rodríguez.
Publicado en http://www.auno.org.ar/leer.php/6174
Agencia Universitaria de Noticias y Opinión 30/08/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario